El aprendizaje en línea en la actualidad ofrece muchas ventajas, pero también nos presenta muchos retos. Como docentes, nuestro papel es fundamental para guiar a los estudiantes a adaptarse, mantenerse motivados y aprender de forma autónoma. Nuestro papel no se trata solo de enseñar contenidos, sino de ayudarlos a desarrollar hábitos, actitudes y habilidades de estudio que les permitan tener éxito en un curso virtual.
Pienso que como docente primero debemos reflexionar sobre nuestras propias prácticas preguntándonos por ejemplo si ¿Estoy preparado para enseñar en línea? ¿Conozco las herramientas digitales? ¿Sé cómo motivar a distancia? Este autoanálisis nos puede ayudar a identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora, para brindar un acompañamiento más empático, claro y eficaz.
también considero que es importante enseñar a los estudiantes a hacerse preguntas sobre sí mismos: ¿Me siento cómodo con la tecnología? ¿Soy organizado? ¿Sé cuándo pedir ayuda? Debemos promover que los estudiantes realicen su propio autoanálisis el cual les permite identificar si están preparados para este tipo de aprendizaje y como docentes podemos usar sus respuestas para brindarles apoyo personalizado y/o preparar recursos que se adecuen a las necesidades de nuestros estudiantes.
La motivación interna es aquella que nace del interés personal o el deseo de aprender, es esta clave en el aprendizaje en línea. Considero que podemos fomentarla conectando los temas de clase con la vida cotidiana de los estudiantes, valorando sus esfuerzos y dándoles cierta autonomía en sus actividades. Como docente trato de promover el entusiasmo y la confianza en su capacidad para aprender.
También es válido que los estudiantes se motiven por factores externos, como las calificaciones, premios o reconocimientos, podemos usar esto para reforzar su compromiso mediante metas claras, retroalimentación oportuna y espacios donde puedan compartir sus logros. Lo importante es ayudarles a avanzar poco a poco hacia una automotivación.
La mayoría de los estudiantes tienen dificultad para organizar su tiempo. Desde nuestro rol como docentes podemos enseñarles a planificar sus actividades, usar calendarios, establecer prioridades y evitar distracciones, también es útil dividir las tareas grandes en pasos pequeños y ofrecer fechas intermedias de entrega para que no dejen todo para el último momento. Ayudar a los estudiantes a crear una rutina diaria es fundamental. Podemos sugerir horarios de estudio nocturnos o diurnos dependiendo de su nivel de concentración, pausas activas y/o espacios físicos tranquilos para trabajar. También es útil recordarles la importancia de descansar y desconectarse para evitar el agotamiento mental.
Cada estudiante es diferente y algunos poseen condiciones especiales por lo que debemos estar atentos a sus necesidades ya sea que tengan dificultades de aprendizaje, visuales, auditivas, etc. Ya que como docentes podemos ajustar los materiales a sus necesidades, permitir tiempos adicionales y usar herramientas accesibles para asegurar que todos puedan participar.
Considero además que en ocasiones la educación en línea puede generar la sensación de soledad y esto puede desmotivar a nuestros estudiantes. Es esencial mantener una comunicación cordial, clara y frecuente con los estudiantes. Para ello podemos usar foros, correos o mensajes para resolver dudas, animarlos y darles seguimiento. Saber que estamos presentes y que no están solos en este proceso de enseñanza aprendizaje les brinda seguridad y los anima a seguir aprendiendo y avanzando en sus carreras. Nuestro objetivo es formar una comunidad virtual donde los estudiantes se sientan apoyados, valorados y capaces. Prepararlos para ser buenos estudiantes en línea no se logra en un día, pero con paciencia, empatía y estrategias claras, podemos ayudarles a desarrollar todas las herramientas que necesitan para tener éxito en cada uno de sus cursos.